“Este es mi evangelio” Lección 42 del Libro de Mormón

evangelio de Jesucristo

Al estudiar 3 nefi 27-30; 4 Nefi comprenderemos las doctrinas fundamentales del Evnagelio de Jesucristo y que la única manera de encontrar felicidad verdadera y eterna es vivir el Evangelio.

Antes de empezar, recordemoslo que nos aconseja la Primera Presidencia: “Esta es la Iglesia de Jesucristo; por favor, señalen esto cuando hablen con la gente… Creemos que algunos podrían confundirese al oír con tanta frecuencia el término ‘Iglesia Mormona'”.

El Salvador mandó a los discípulos nefitas que den el nombre de él a la Iglesia

  • Mientras los nefitas de Jesús se encontraban en poderosa oración y ayuno, el Salvador acudió a ellos y preguntó: “¿Qué queréis que os dé?”
  • El Señor ha mandado que Su Iglesia restaurada, al igual que lo hizo con el pueblo nefita y que esta iglesia lleve Su nombre.
  • El presidente Boyd K. Packer dijo: ” En Su nombre ofrecemos todas nuestras oraciones. Toda ordenanza se efectúa en Su nombre. Todo bautismo, toda confirmación, toda bendición y toda ordenación, todo sermón y todo testimonio se concluye invocando Su sagrado nombre. En Su nombre sanamos a los enfermos y realizamos otros milagros que no debemos ni podemos mencionar.”
  • Cuando expresamos nuestro testimonio, a menudo dicen que saben que el Evangelio es verdadero. Cuál sería nuestra respuesta si nos preguntan: “¿Qué es el evangelio?”.
  • Según el manual de esta clase, nuestras posibles respuestas debe ser:
  • a. El sometimiento de Jesús a la voluntad del Padre.
  • b. La Expiación
  • c. La Resurreción
  • d. El juicio
  • e. El arrepentimiento
  • f. El bautismo
  • g.La fe en Jesucristo
  • h. El don del Espíritu Santo
  • Perseverar hasta el fin.

Después de de que Jesus vistó a los nefitas, hubo paz entre el pueblo. ¿Qué podemos hacer para que el amor de Dios more en nuestro corazón?

El presidente Gordon B. Hinckley dijo: “Para que el mundo mejore, es indispensable que el proceso del amor cambie nuestro corazón… Eso podemos lograrlo si nos olvidamos de nosotros mismos para dar nuestro amor a Dios y a nuestro semejantes, y si lo hacemos con todo nuestro corazón, y con toda nuestra alma y con toda nuestra mente”.

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