¿Por qué es tan difícil amar a otros?

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Conozco a mi amiga Kimberly por más de 20 años, crecimos juntas, mi madre fue su maestra, su madre fue mi niñera. Kim fue dama de honor en mi boda y en la de mi hermana. Es básicamente parte de nuestra familia. Ella es tres años mayor que yo y me ha enseñado algunas de las más profundas y sagradas lecciones de mi vida. Toda mi familia estaría de acuerdo de que ella es la persona más increíble que hemos tenido el privilegio de conocer en esta vida.

Kimberly tiene Síndrome de Down, sólo puede leer unas cuantas palabras y nunca podrá vivir por su cuenta. Aún así, nunca ha tenido resentimiento, no juzga y te hace sentir como la persona más importante del mundo.

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Kimberly bailando con Zach en nuestra boda. Imagen vía elyse-george.com

Hace algunas semanas, en la clase de capacitación para maestros hablábamos sobre “amar a quienes enseñamos”. El tema me tocó. ¿Por qué deberíamos aprender a amar a alguien?

¿Por qué, en una habitación llena de adultos altamente educados se estaba discutiendo como aprender algo que se le hacía tan fácil y simple a Kim?

Todos luchamos contra distintos tipos de debilidades. Pero, universalmente, si es que hay un mandamiento con el que casi todos los seres humanos luchan, este sería “Amar a Otros.” ¿Por qué es tan difícil para nosotros?

Hasta este punto, algunos de ustedes estarán pensando lo siguiente “Ok, amar a otros, lo entiendo, un momento de felicidad y paz para todos, etc. Voy a dejar de prestar atención porque ya se que debo amar a otros”. Y eso es exactamente lo que no quiero que pase. Todos sabemos que debemos amar a otros, no estamos fallando en esto por ignorantes. Fallamos porque hacemos esto a un lado; amar a otros requiere que nos hagamos una incómoda auto evaluación.

Aunque esta no es una lista exhaustiva, creo que éstos son los obstáculos más grandes que nos impiden amar a otros:

  1. Egoísmo: Alguien está en mí camino o está molestandome. “¡¿Cómo se atreven a conducir tan lento?!” “No puedo creer que hayan traído a todos sus hijos al supermercado, ¡corren por todos lados!, ¡qué desconsiderados! Todo se trata de mí. Sin embargo, mantengo mi opinión sobre ellos y no quiero lidiar con ellos, están por debajo de mí y mis necesidades.
  2. Inseguridad: Alguien es más inteligente, más atractivo o atractiva, delgado, tiene más dinero, etc, que yo. Soy insegura sobre esta parte de mi vida y me molesta que ellos tengan algo que yo no. No me pueden gustar, mucho menos puedo amarlos. Diré rumores sobre ellos o los criticaré, aunque no haya necesidad.
  3. Incomodidad: Esta persona desafía mi educación, mis creencias o mi cultura. No me gusta que esté tomando decisiones que yo no tomaría. Ellos no son tan inteligentes, espirituales o inspirados como yo. Me siento incómodo tratando de entender sus elecciones y creencias, porque es imposible yo pueda estar equivocado.
  4. Confianza: Esta persona me lastimó en el pasado. No puedo perdonar y amar porque ellos necesitan seguir siendo castigados por el impacto que el daño tuvo en mí vida.

 

¿Puedes percibir un tema de fondo? Todas estas razones se centran en el más perjudicial de los pecados: Orgullo. Orgullo y amor, es algo así como luz y oscuridad o fe y duda, no pueden co existir. No puedes elevarte por encima de otra persona y amar verdaderamente al mismo tiempo. El verdadero amor viene cuando ves a otros como iguales.

Esta es la diferencia entre Kim y yo. Kimberly no es orgullosa, no tiene motivos para calmar sus inseguridades o destrozar a los demás. No se enorgullece de su propio intelecto ni tampoco necesita alimentar su ego. No ve sus necesidades más importantes que las de otra persona. Ella ve sinceramente a otros como personas y no como objetos o seres inferiores.

El orgullo es lo que incita a las furiosas discusiones por internet. Es lo que evita que los líderes se comprometan y pongan el bien mayor en primer lugar. El orgullo está preocupado por el “quién” está en lo correcto y el amor se preocupa por “qué” es correcto. Si estás incómodo con el hecho de estar equivocado, siempre será difícil tomar las decisiones correctas al momento de amar a otros. Literalmente, no hay beneficios al retener el amor de otros excepto para alimentar el propio orgullo.

Hacer esta auto evaluación y entender como nuestro orgullo nos retiene es algo muy incómodo de realizar. Es mucho más fácil para nosotros mantenerse ocupados con “lo mínimo” y hacer una lista de mandamientos y darnos palmadas en la espalda. Pagar el diezmo, hacer la orientación familiar, dedicar una hora a la semana a indexar registros de historia familiar, asistir al templo una vez al mes y así sucesivamente. Mientras que estas actividades son increíblemente importantes, las usamos para oscurecernos y mantenernos ocupados de ir más allá y retirar algunas capas internas. Esto no concluirá en amor ni en una verdadera transformación Cristiana.

Un perfecto registro de orientación familiar o hacer un determinado número de ordenanzas en el templo antes de morir será un hecho interesante en tu vida…pero no será tu boleto hacía el reino celestial. La orientación familiar, el templo, ayudar al necesitado, etc. ¿Por qué Nuestro Padre Celestial no ha pedido hacer éstas cosas? Para desechar el orgullo y desarrollar amor por nuestros semejantes, ¿que mejor manera de desarrollar amor y atributos Cristianos? Este es el porqué se nos enseña que el amor de Dios y a los hombres “dependen [de] toda la ley y los profetas”. (Mateo 22:40) Si fallas al desarrollar amor y caridad a lo largo de tu vida, has guardado verdaderamente tu segundo estado?

Jesucristo mandó a sus apóstoles, “Apacienta mis ovejas”. (Juan 21:16-17) El mismo mandamiento se nos ha dado. ¿Como estamos apacentando a Sus ovejas? ¿Acaso Él dijo “Apacienta mis ovejas pero entiendo perfectamente si tu piensas que son irritantes/pobres/infieles/pecadoras” o “Apacienta mis ovejas, pero está bien si no quieres ayudar a los indigentes, a las personas con desafíos de orientación sexual o a las minorías?” Cuando visitas a tus vecinos, haces la orientación familiar, cuando dejas galletas en la puerta de otra persona o ayudas con el trabajo de jardinería ¿Qué hay en tu mente y en tu corazón?

“Tal vez cuando la visitemos, dejará de ser tan necesitada y nos deje tranquilos por un momento”    

“Desearía que se de cuenta y comience a ser realmente un adulto como el resto de nosotros”

“Ella es tan dramática y tan directa pero debo terminar con este asunto”

Soy muy buena en un montón de cosas. Y si pudiese identificar una cosa en la que soy casi perfecta, es guardando rencor, emitir juicio y retener el perdón. Lucho constantemente para amar a los que están a mi alrededor . . .  especialmente durante las compras del Black Friday.

La mejor manera que he aprendido para desechar al hombre natural y el orgullo es conocer personas donde sea que estén. Tuve la desafortunada experiencia de tropezar con una intensa discusión por Facebook hace algunas semanas. Dos miembros de la iglesia tenían una gran diferencia de opinión. Uno, un miembro de toda la vida y el otro, un converso de hace algunos años. Tenían características y experiencias muy diferentes. En una punto de la discusión, el miembro de toda la vida dice, “Como miembro de la iglesia, pienso que tus puntos de vista sobre este asunto son muy desconcertantes…No estoy sorprendido, estoy más bien triste”. Otros se unieron a la discusión, calificando a esta mujer joven de apóstata, llamándola a arrepentirse y cuestionando su fe. Ellos no intentaron “saber en qué lugar estaba” ni trataron de entender su punto de vista ni amarla de la manera en que el Salvador lo haría. En cambio, escogieron palabras duras y sobre todo trataron de intimidarla espiritualmente para que estuviese de acuerdo con ellos.

¿En qué momento el acoso espiritual trajo a alguien a Jesucristo? (nota al margen: ¿Cuándo fue la última vez que una discusión por Facebook cambió la mentalidad de otra persona?)

El amor es la única manera de realizar esto, el Salvador nos encontrará a todos nosotros en el lugar que estemos en esta vida y entenderá perfectamente nuestras elecciones y razones. El no tener orgullo y entender nuestros corazones, le permite a Él amarnos de una manera perfecta.

Crecí en un ambiente de abuso, donde el amor incondicional era un concepto ajeno. Como resultado, tuve que luchar con una seria ansiedad, depresión y pensamientos suicidas desde la niñez. Hasta que conocí a Zach, estaba convencida que había nacido fundamentalmente sin que alguien pudiera amarme, y podía dar una larga lista de mis defectos. Aunque estoy felizmente casada, aún me preocupo por lo que otros pueden pensar de mí. Incluso hoy, pasé gran parte del día en un profundo auto odio. Constantemente me cuestiono, me preocupa si le agrado  a otros o si los demás me aceptarán. Irónicamente, sabiendo lo difícil que es ser aceptado y amado, anoche tuve un colapso de ansiedad debido a este tema, Zach estuvo levantado hasta las 2 de la madrugada mientras mi cabeza daba vueltas y vueltas. Me rehusaba a terminar esto y compartir mis pensamientos. Así es como un potente amor o la falta de este puede ser. Tengo 28 años y aún estoy tratando de arreglar mis pensamientos destructivos desde hace varios años. Todos tienen la necesidad de ser aceptados. Todos estamos al tanto de nuestras imperfecciones, lo cual es la respuesta de por que es tan  importante sentirse amado, valorado e incluido por otros.

Amar no es murmurar sobre alguien para luego decir “Bendita seas” como si eso lo arreglara todo.

Amor no es esconderse tras una cultura para juzgar las decisiones de otros.

Amor no es pensar que uno es mejor que otros por su educación, ingresos, pecados, el largo de su falda o la composición de su familia.

Amar no es elevarse por sobre otros y buscar razones equivocadas para justificarlo.   

 

Amor es auto reflexión para examinar prejuicios personales y debilidades.

Amor es encontrar a alguien en el lugar donde esté.

Amor es orar por un verdadero entendimiento de la humanidad, motivaciones, etc.

Amar es mirar más allá del pecado, como si éste fuese invisible, y solo mirar a la persona.

Amor es perdón duradero.

Amar es conocer verdaderamente a una persona y su albedrío.

Amar es ver a otros como verdaderos iguales.

 

Sé que amo verdaderamente a alguien cuando quiero con sinceridad estar con ellos en el cielo, sin advertencias, y estoy dispuesta a hacer lo que sea para ayudarles a llegar ahí.

Si este desafío te interesa, les pido que examinen sus vidas, busquen a una persona a la cuál sea un verdadero desafío amar y creen una mejor relación con él o ella. Tal vez sea una persona con la que no concuerden políticamente. Tal vez sea un antiguo amigo o algún pariente que los haya lastimado. Tal vez sea el indigente que está siempre parado en la calle. Examinen realmente su relación y entiendan por qué luchan para amar a estas personas. Traten de entender que los motiva, que necesitan, y como son similares a ustedes. Puede que no sean mejores amigos, pero cualquier tipo de relación mejorada los llevará mucho más cerca de nuestro Salvador.

No importa cómo te sientas con alguien o por qué, todos necesitamos a Jesucristo.

No hay duda de eso. El mundo necesita a Jesucristo colectiva e individualmente y el único modo de llevar a otros a Cristo o traerlos de regreso al Salvador, es a través del amor. Sin listas de verificación, sin discusiones, sin avergonzarlos sobre su fe, sin actos de servicio indiferentes. El amor real y genuino, sin engaño u orgullo, crea e inspira esa indeleble conexión entre Dios y Sus hijos.

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Este artículo fue escrito originalmente por Elyse George  y publicado en ldsliving.com, titulado como “Why Is It So Hard to Really Love Others”
Español ©2016 LDS Living, A Division of Deseret Book Company | Englsih ©2016 LDS Living, A Division of Deseret Book Company
Traducido por Oscar Cerda Zamorano.

 

 

Comentarios
5
Yo creo que RothChild fue el Anticristo, porque el creo el Banco Central de Londres y luego todos los Bancos Centrales del Planeta Tierra y esto empobreció a los seres humanos, está pobreza y decepción es la que ha generado las guerras desde Napoleón.
Adriana

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