Lección 20 de Doctrina y Convenios: Los reinos de gloria

los reinos de gloria

Al estudiar esta importante clase de Escuela Dominical, entendamos que el objetivo de la lección es que reflexionemos detenidamente en las herencias eternas de los tres reinos de gloria y deseemos vivir de tal manera que podamos heredarla gloria celestial y morar junto con nuestras familias en presencia de nuestro Padre Celestial.

Los reinos de gloria y “el testimonio de Jesús”

Al estudiar Doctrina y Convenios 76, veremos que en esta sección se revela que el Padre Celestial ha proporcionado tres reinos de gloria en los que la mayoría de personas vivirán después de la resurrección, estos son: el reino telestial, el reino terrestre, y el reino celestial. Basado en la forma en la cual hayamos recibido el “testimonio de Jesús” (D. y C. 76:51), heredaremos un reino.

¿Qué quiere decir ser valiente en el testimonio de Jesús?

El élder Bruce R. McConkie responde a esa interrogante: “Es ser intrépido y arrojado, usar todas nuestras fuerzas, energía y habilidad en la guerra contra el mundo; es pelear la buena batalla de la fe… La gran piedra angular de la valentía en la causa de la justicia es la obediencia a toda ley de todo el Evangelio.

“Ser valientes en el testimonio de Jesús es venir a Cristo y ser perfectos en Él; es negarse a ‘toda impiedad’; es amar ‘a Dios’ con toda nuestra ‘alma, mente y fuerza’ (Moroni 10:32).

“Ser valientes en el testimonio de Jesús es creer en Cristo y en Su Evangelio con inalterable convicción; es conocer la veracidad y divinidad de la obra del Señor en la tierra.

“Pero eso no es todo. Es algo más que creer y saber; debemos ser hacedores de la palabra y no tan solamente oidores. Es más que adorar con palabras, más que limitarse a confesar el divino origen del Salvador; es obediencia y conformidad y corrección personal…

“Ser valientes en el testimonio de Jesús es ‘seguir adelante con firmeza en Cristo, teniendo un fulgor perfecto de esperanza y amor por Dios y por todos los hombres’. Es perseverar ‘hasta el fin’ (2 Nefi 31:20). Es vivir nuestra religión, practicar lo que predicamos, guardar los mandamientos. Es la manifestación de la ‘religión pura’ en la vida del hombre; es: ‘Visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones, y guardarse sin mancha del mundo’ (Santiago 1:27). “Ser valientes en el testimonio de Jesús es controlar las pasiones y los apetitos y elevarse por encima de las cosas carnales y malignas. Es vencer al mundo tal como Jesús lo hizo, Él, que fue el más valiente de todos los hijos de nuestro Padre. Es ser moralmente limpios, pagar el diezmo y las ofrendas, guardar el día de reposo, orar con convicción y, si fuera necesario y se nos pidiera, sacrificar por su causa todo lo que tenemos.

“Ser valientes en el testimonio de Jesús es ponerse del lado del Señor. Es votar cómo Él lo haría, es pensar lo que Él piensa, creer lo que Él cree, decir lo que Él diría si se encontrara en la misma situación. Significa tener la mente de Cristo y ser uno con Él, tal como Él lo es con el Padre”. (“Sé valiente en la batalla de la fe”, Liahona, abril de 1975, págs. 38–39).

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