Las bendiciones tras la adversidad

lehi-nephi-mormonMientras el profeta Lehi, enviado desde Jerusalén con su familia a una tierra prometida en América, agonizaba, habló a cada uno de sus hijos, aconsejándoles por última vez. Jacob, el segundo más joven, nunca había tenido la vida privilegiada que gozaron sus hermanos mayores antes que su padre los guiara fuera de la ciudad, dejando atrás sus riquezas. Él era el primero de dos hijos nacidos en el desierto. Para Jacob, la vida en el desierto era algo natural y no una prueba inusual. La división que se estaba creando dentro de su familia, ya que dos de sus hermanos mayores estaban castigando al resto de la familia por haber tenido que renunciar a su herencia, estaba forzando a todos a escoger de qué lado estarían.Jacob, joven y ferviente, estaba del lado de sus padres y sus hermanos mayores, Nefi y Sam.  Nefi se convertiría en profeta después de que su padre falleciera; y Sam, su siguiente hermano mayor, aceptó con humildad el lugar que divinamente le fue dado a Nefi.

 

Lehi estaba contento con el comportamiento de Sam.No había sido una vida fácil para el muchacho. Teniendo que vivir una infancia en la que dos de sus hermanos mayores intentaban asesinar al hermano que todos amaban y además trataban de matar o hacer daño a sus padres. Era, en términos modernos, una familia disfuncional; pero, solamente debido a las decisiones egoístas de sus hermanos mayores. Aún con todo esto, Jacob crecía sanamente.

 

 Y ahora, Jacob, te hablo a ti: Tú eres mi primer hijo nacido en los días de mi tribulación en el desierto. Y he aquí, tú has padecido aflicciones y mucho pesar en tu infancia a causa de la rudeza de tus hermanos.

  No obstante, Jacob, mi primer hijo nacido en el desierto, tú conoces la grandeza de Dios; y él consagrará tus aflicciones para tu provecho. (2Nefi 2:1-2)

 

Muchos de nosotros buscamos la manera de evitar las tribulaciones. En el momento en que comienzan, oramos para que terminen. Algunas personas reclaman y culpan a Dios, sintiendo que Él les debe una vida libre de adversidades. Sin embargo, la profecía de Lehi nos muestra una diferente posición ante las pruebas. Él le promete a Jacob que sus adversidades serían consagradas. La consagración es entregarse o dedicarse a Dios. En este caso, las aflicciones de Jacob se consagrarían para ayudarlo – no a la manera del mundo, sino de forma espiritual.

Aunque rara vez podemos verlo así durante las pruebas, cuando estamos absortos a sobrevivir, más tarde, cuando vienen las bendiciones de la adversidad, usualmente se nos hace más claro. Recuerdo que en una ocasión, hace muchos años atrás, cuando se me dijo por medio de inspiración que a pesar de que había tenido muchas dificultades, llegaría un momento en mi nuevo llamamiento (asignaciones dentro de la Iglesia sin remuneración económica) que vería que mis aflicciones ayudarían a otros. Mi llamamiento era ‘líder de compasión en servicio’, lo que significaba que yo organizaba todos los servicios que necesitaban realizarse. En el curso de mi trabajo, realmente fui llamado para usar mis tribulaciones pasadas, incluyendo algunas que ya había olvidado. Normalmente la asignación consistía en sentarme a escuchar o consolar a aquellos que pasaban por momentos difíciles o de depresión. A veces podía decir ‘he estado en esa situación’, tenía entonces una idea por lo que estas personas estaban pasando y qué opciones tenían.

Muchas de mis vicisitudes sirvieron para acercarme más a nuestro Padre Celestial o para fortalecerme. Me volvieron más compasivo. Cuando me tomo el tiempo, antes y después de una adversidad, para analizar que es lo que he aprendido y cómo Dios me ha ayudado en el transcurso de mi prueba, aumento mi habilidad de vivir una vida conforme a Cristo y de lograr las metas que mi Padre Celestial desea para mí.

Jacob jugaría un importante papel en la nueva tierra que sería su hogar. Las aflicciones que enfrentó de pequeño lo habían hecho valiente, perseverante y había desarrollado aptitudes de liderazgo. Él tuvo una terrible infancia llena de retos, una en la que cualquier otra persona habría usado como excusa para llegar a ser malo o para darse por vencido. En vez de eso, Jacob aceptó la promesa hecha por su padre y consagró sus tribulaciones para su propio beneficio.

Por Terrie Lynn Bittner, el 6 de junio de 2008.

Comentarios
La vida del Pdte Hinckley es un ejemplo de perseverancia y rectitud,lo conoci personalmente en la dedicaciondel Templo de Lima Peru Ly supe con toda seguridad que El es un Profeta de Dios,me siento agradecido por ser miembro de la Iglesia de Jesucristo de Los Santos de los Ultimos Dias.
manuel Castilo

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