Lo que un predicador bautista dijo sobre José Smith

José Smith es una de las figuras religiosas más controversiales  en la historia de la religión. Unos dicen que fue un profeta, superado solo por Cristo en su contribución espiritual hacia la humanidad. Otros dicen que fue un estafador y un charlatán. Aunque los líderes de otras denominaciones religiosas comúnmente caen en la segunda categoría, un ministro bautista ve un lado diferente de nuestro profeta.

Lynn Ridenhour, un ministro autorizado de la Iglesia Bautista Sureña por más de 38 años, leyó el Libro de Mormón y lo describió como “Una maravillosa experiencia de conversión sobre el evangelio restaurado como proclamó José Smith”. Dr. Ridenhour, ahora un firme creyente del Libro de Mormón, es un hombre con múltiples títulos académicos, los que incluyen un Doctorado en la Universidad de Iowa. También ha sido profesor en diferentes universidades.   

Dr. Ridenhour señala que el tradicional concepto cristiano de “canonización” (la idea de que las escrituras están cerradas y no se puede  añadir más) tiene sus raíces en los días de Constantino y no era practicado por la iglesia primitiva. También señala que hay 66 libros en la Biblia, y que Dios “no terminaría su libro… con un seis menos….El  número del Anticristo”.

Entonces, ¿Qué tiene que decir el Dr. Ridenhour sobre José Smith, el hombre que ha proporcionado al mundo el libro con el cual él se ha convertido? Aquí hay un fragmento de su extenso ensayo:

…Enfoquémonos brevemente en el hombre, José Smith. ¿Qué clase de hombre fue? El hombre que Dios usó para iniciar la restauración en estos últimos días. ¿Qué tiene que decir él sobre verdad y doctrina?

Bien, primero que todo, José era extremadamente tolerante con las sectas que no compartían su punto de vista cristiano…

En una ocasión, en un discurso, él dijo, “…Si considero que el género humano está en error, ¿lo he de oprimir? No; procuraré elevarlo, y lo haré según su propia manera también, si no puedo persuadirlos a mi manera es mejor; y  no trataré de obligar a ningún hombre a creer como yo, sino por la fuerza de la razón, porque la verdad abrirá su propio camino.¿Creen en Jesucristo y en el evangelio de salvación que él ha revelado? Yo también. Los cristianos deben cesar de discutir y contender entre ellos, y cultivar los principios de unión y amistad. Estoy completamente preparado para morir defendiendo los derechos de un Presbiteriano, un Bautista, o un buen hombre de cualquier otra denominación”.–   1843.

Esa última declaración especialmente  fue una declaración notable,  “…Estoy completamente preparado para morir defendiendo los derechos de un Presbiteriano…”  

“…Los cristianos deben cesar de discutir y contender entre ellos…” es también una declaración impresionante.

Como  alcalde de Nauvoo, José Smith aprobó el siguiente decreto “…que los Católicos, Presbiterianos, Metodistas, Santos de los Últimos Días, Cuáqueros, Episcopales…y todas las otras sectas religiosas y denominaciones tendrán libertad e igualdad de privilegios en esta ciudad…”

Era “contra la ley” no mostrar caridad y tolerancia hacia las otras sectas en la ciudad de Nauvoo, la ciudad que José construyó.

Una vez más, ¿Qué clase de hombre fue?…

Una última anécdota…

El profeta está apelando al Presidente de los Estados Unidos en favor de su gente. Terribles atrocidades habían ocurrido en Missouri. Él había obtenido una reunión con el Presidente Van Buren. Estando en la capital, el Profeta predicó el evangelio a los burócratas. Uno de los diputados, un tal Matthew S. Davis del estado de Nueva York, cuenta sobre una reunión  realizada en la capital por José.

Este representante  de los Estados Unidos, quien se reunión con José Smith cara a cara, creo que responde nuestras inquietudes (mejor de lo que yo podría) en una carta enviada a su esposa. El diputado escribe…

“… Ayer en la tarde fui a escuchar a ‘Joe Smith’ el célebre mormón, exponer su doctrina. Yo, junto con algunos otros, tuve el deseo de entender sus creencias explicadas por él mismo.  

Él no es un hombre con educación, pero es  un hombre sencillo, sensato, un hombre determinado. Todo lo que dice, es dicho de una manera en que deja una impresión de sinceridad. No hay levedad, fanatismo, ni falta de dignidad en su comportamiento. No hay peculiaridad en su atuendo, siendo  este sencillo, un modesto ciudadano. Es granjero de profesión, pero es evidentemente muy leído  .

Durante su discurso completo, el que tomó más de dos horas, no hubo ninguna opinión o creencia expresada por él, que haya sido calculada, en el más mínimo grado para perjudicar la moral de la sociedad o en alguna manera de degradar o brutalizar a la especie humana. Había mucho en sus preceptos, si es que eran seguidos, que suavizarían las asperezas del hombre hacia su semejante, y que tienden a hacerlo un ser más racional de lo que generalmente es considerado.  No había violencia, no había furia, ni denuncia. Su religión parece ser una religión de mansedumbre, humildad, y suave persuasión.  

Al finalizar su discurso, el comentó que había sido catalogado como un Salvador. Todo esto era falso. No hizo tal pretensión. No era nada más que un hombre, él dijo: uno sencillo, uno no instruido, uno que busca lo que debe hacer para ser salvo.

A través de todo su discurso, él demostró un fuerte espíritu de caridad y tolerancia. Ha sido bastante difícil explicar las creencias de este hombre de la manera en que él mismo las explicó. He cambiado mi opinión sobre los Mormones. Son un pueblo herido y del que se ha abusado”.

“…He cambiado mi opinión…” dijo el diputado de los Estados Unidos.

Respecto al Libro de Mormón y al hombre, José Smith, es mi plegaria – así como por ustedes.

Artículo publicado en LDSliving.com. Traducido al español por Oscar Cerda Zamorano.

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