5 Cosas que ofendieron probablemente a muchos en la iglesia primitiva de Cristo

enfocarnos en cristo

Vivimos en un tiempo en que la corrección política suprema reina (para bien o para mal) y la gente se ofende con facilidad. La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días ha estado bajo fuego durante mucho tiempo (eufemismo) sobre ciertos aspectos de su historia y sus políticas. Internet está repleto de declaraciones mordaces sobre las imperfecciones de los líderes, tanto pasadas como presentes, decisiones controvertidas y doctrinas que pueden chocar con las culturas modernas. Casi parece que algunas personas se sientan y se preguntan: ¿Con qué me puedo ofender hoy?

Encuentro consuelo en la idea de que algunos miembros (y no miembros) siempre estarán ofendidos por ciertos aspectos y eventos de la iglesia de Cristo, sin importar la época.

Y eso me hizo pensar: ¿Qué podría haber ofendido a las personas en la antigüedad en tiempos de Cristo? Vamos a ver:

1. Pedro agredió físicamente a un hombre.

“Entonces Simón Pedro, que tenía una espada, la sacó, e hirió al siervo del sumo sacerdote y le cortó la oreja derecha. Y el siervo se llamaba Malco”. (Juan 18:10)

Al igual que probablemente sucedió después de este incidente con Pedro en la antigüedad, la gente en la era moderna a menudo cita ejemplos de imperfección en el liderazgo para destruir la credibilidad de la Iglesia. Cuando nos involucramos en este tipo de quejas, nuestro enfoque se aleja de donde debería estar. Las acciones de Pedro de ninguna manera refutan la veracidad de las enseñanzas de Cristo. Simplemente demuestran que Pedro era humano, al igual que el resto de nosotros.

Con demasiada frecuencia estamos tan distraídos por la inadecuación de Pedro, que olvidamos que Cristo realizó un increíble milagro inmediatamente después. Rápidamente volvió a restaurar la oreja.

Se nos pide que seamos representantes de Cristo en todo momento y en todo lugar, pero los obispos imperfectos, los presidentes de estaca y las Autoridades Generales desacreditan la divinidad del evangelio tanto como el acto de Pedro desacreditó a Cristo- para nada.

2. Judas traicionó al Hijo de Dios

“Entonces uno de los doce, que se llamaba Judas Iscariote, fue a los principales sacerdotes, y les dijo: ¿Qué me queréis dar, y yo os lo entregaré? Y ellos le pesaron treinta piezas de plata. Y desde entonces buscaba oportunidad para entregarle. Mientras todavía hablaba, he aquí llegó Judas, uno de los doce, y con él mucha gente con espadas y con palos, de parte de los principales sacerdotes y de los ancianos del pueblo. Y el que le entregaba les había dado señal, diciendo: Al que yo bese, ese es; prendedle. Y enseguida se acercó a Jesús y dijo: Salve, Maestro. Y le besó. Y Jesús le dijo: Amigo, ¿a qué vienes? Entonces se acercaron, y echaron mano a Jesús y le prendieron”. (Mateo 26: 14-16, 47-50)

Un apóstol del Señor Jesucristo, principal líder en Su iglesia, lo traicionó. Seguramente muchos seguidores se sintieron heridos por esto y concluyeron que toda la organización era una farsa. Después de todo, ¿cómo pueden las enseñanzas de Cristo ser verdad si incluso su liderazgo escogido lo está arrojando al fuego?

Muchos miembros tienen serias preocupaciones sobre la historia de la Iglesia y las decisiones que ha tomado el liderazgo. Tienen dificultades para ver más allá de esos obstáculos, lo que es totalmente comprensible. La poligamia, las políticas del sacerdocio, etc., son todos temas difíciles de aceptar.

Dicho esto, no puedo pensar en muchas decisiones que podrían ser peores que traicionar al Hijo de Dios, y estoy seguro de que fue un desafío para los miembros de la antigüedad. Sin embargo, ese evento no parece desafiar nuestros testimonios en los tiempos modernos. Es simplemente algo que sucedió.

Nuevamente, los líderes tanto antiguos como modernos han sido, a veces, malos ejemplos. Pero eso no desacredita a la iglesia de Cristo ahora, tal como entonces no lo hizo en aquel entonces.

3. Pedro niega a Cristo.

“Y habiendo encendido fuego en medio del patio, y sentándose todos alrededor, se sentó también Pedro entre ellos. Y cuando una criada le vio que estaba sentado al fuego, se fijó en él y dijo: Este estaba con él. Entonces él lo negó, diciendo: Mujer, no le conozco. Y un poco después, viéndole otro, dijo: Tú también eres de ellos. Y Pedro dijo: Hombre, no lo soy. Y como una hora después, otro afirmaba, diciendo: Verdaderamente también este estaba con él, porque es galileo. Y Pedro dijo: Hombre, no sé lo que dices. Y enseguida, mientras él aún hablaba, el gallo cantó”. (Lucas 22: 55-60)

Otro ejemplo más de inadecuación del liderazgo (aunque hay un argumento interesante en sentido contrario).

Hay muchas declaraciones de compatriotas descontentos de José Smith que afirman que Smith fue un fraude completo. Que la llamada Restauración y El Libro de Mormón son solo inventos.

Lo dijeron, pero eso no lo hace verdadero. Incluso el apóstol mayor de Cristo, Pedro, negó públicamente conocerlo. Los contemporáneos de Pedro seguramente tuvieron un problema con esto. ¿Cómo podría ser este personaje este Cristo el Hijo de Dios cuando aquellos más cercanos a Él niegan que lo conozcan?

Nuevamente, inquietudes como esta nos distraen de los milagros. Nos distraen de los testimonios anteriores que hemos tenido y nos llevan por el camino de la duda y el miedo, en lugar de la esperanza y la fe.

4. La exclusión de los gentiles y de los samaritanos.

“A estos doce envió Jesús, a los cuales dio mandamiento, diciendo: Por camino de gentiles no vayáis, y en ciudad de samaritanos no entréis; sino id antes a las ovejas perdidas de la casa de Israel”. (Mateo 10: 5-6)

Suena como un mandamiento bastante racista, ¿verdad? Muy fácilmente podría interpretarse de esa manera, tal como se han interpretado desde entonces mandamientos similares.

Dicho esto, tengo confianza en la veracidad de la Biblia, y creo que este fue un verdadero mandamiento dado por Cristo a sus apóstoles. Como tal, no estoy en posición de desafiarlo, aunque me pregunto si alguno de los contemporáneos de Cristo usó esta política como munición contra su campaña divina.

Los paralelos entre esta escritura y las políticas pasadas de la Iglesia con respecto a las personas de ascendencia africana y el sacerdocio. La ordenación es aparente. ¿Fue esta política más moderna de origen divino como este ejemplo bíblico fue o no? Francamente, no lo sé. Pero si no, cae bajo la misma categoría que los números uno a tres de este artículo.

5. Inclusión de Gentiles.

“Mientras aún hablaba Pedro estas palabras, el Espíritu Santo cayó sobre todos los que oían el mensaje. Y los fieles de la circuncisión que habían venido con Pedro se quedaron atónitos de que también sobre los gentiles se derramase el don del Espíritu Santo, porque los oían que hablaban en lenguas y que magnificaban a Dios.

Entonces respondió Pedro: ¿Acaso puede alguno impedir el agua, para que no sean bautizados estos que han recibido el Espíritu Santo también como nosotros? Y les mandó que fueran bautizados en el nombre del Señor Jesús. Entonces le rogaron que se quedase por algunos días. Y oyeron los apóstoles y los hermanos que estaban en Judea que también los gentiles habían recibido la palabra de Dios. Entonces, oídas estas cosas, callaron y glorificaron a Dios, diciendo: ¡De manera que también a los gentiles ha dado Dios arrepentimiento para vida!” (Hechos 10: 44-48, 11: 1, 18)

Se supone que Dios sea el mismo “ayer, hoy y para siempre”, ¿verdad? Eso fácilmente podría haber sido una preocupación de la gente antigua cuando de repente Pedro recibió la revelación de comenzar de repente a predicar a los gentiles. ¿Dios solo cambió de opinión? Dios tiene permitido alterar las circunstancias y desarrollar lo que le gustaría. Todo forma parte de su plan. Lo hizo aquí con la súbita inclusión del evangelio de los gentiles. Lo hizo cuando Cristo vino y se cumplió la Ley de Moisés. Lo hace todo el tiempo. Los fundamentos de Su Divinidad nunca han cambiado. El bien sigue siendo bien, no importa lo que diga la cultura actual. Del mismo modo, lo malo sigue siendo malo, no importa lo que diga la cultura actual. Y un montón de ejemplos más.

La gente podría haber elegido dudar y sentirse ofendida por tantas cosas. Probablemente la gente luchó con la afirmación de que Moisés habló a Dios a través de una zarza ardiente. En los tiempos modernos las personas luchan con la afirmación de que José Smith tradujo un libro usando una piedra vidente.

Precisamente, habría sido difícil aceptar que el Hijo de Dios caminaba y enseñaba en carne y hueso a la gente del Medio Oriente. En los tiempos modernos, luchamos para creer que también habló a las personas en la antigua América. Desde el principio de los tiempos, la gente se ofendió por los llamados “profetas vivientes”.

Por eso ardió Abinadí, por eso Isaías fue aserrado por la mitad y por eso Cristo mismo fue crucificado.

No es de extrañar que creer en los profetas modernos sea tan difícil para algunas personas en la actualidad.

No ignores sus preguntas, pero no olvides lo que no cuestionas.

Este artículo corre el riesgo real de marginar las preocupaciones muy reales que los miembros y no miembros pueden tener sobre la Iglesia. Esa no es mi intención. También soy una de esas personas. Tengo preguntas reales y sinceras para las que todavía tengo que encontrar respuestas. Algunas probablemente nunca serán respondidas.

Pero, como mencionó el élder Neil L. Anderson en la Conferencia General más reciente, “aunque no lo sé todo, sé lo suficiente”.

Tengo un conocimiento espiritual de que Cristo estableció una iglesia en la antigüedad, tal como sé que Él restauró la misma iglesia en 1830. Si nos enfocamos demasiado en el hecho de que Pedro le cortó la oreja a un hombre, pasamos por alto el hecho de que Jesús milagrosamente volvió a restaurarla.

Y ahí es donde nuestro enfoque debe estar: en Cristo. Los humanos cometen errores, pero no podemos permitir que los pecados, las ofensas y las injusticias ajenas (especialmente dentro de la Iglesia) nos distraigan de enfocarnos en Cristo y en lo que enseñó. Necesitamos obrar y pasar nuestras dudas a través de un lente de fe.

Si no lo hacemos, tal vez nos encontremos en el final de nuestras vidas, tan ofendidos por las personas, las políticas, las doctrinas y el drama que nos olvidemos de vivir el evangelio.

Este artículo fue escrito originalmente por David Snell y fue publicado en MormonHub.com, con el título 5 Things People Were Probably Super Offended by in Christ’s Ancient Church Español © 2017

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