La Primaria

Por La Primera Presidencia de la Primaria para Deseret News y traducido por Wendy Vianey Almazán Cano para mormonsud.org

Simples Verdades del Evangelio

Cómo Presidencia General de la Primaria, tenemos a los niños y familias muy cerca a nuestros corazones. Nuestro amor por los niños se ha expandido y nuestros ojos se dirigen a ellos dondequiera que vamos, en congregaciones, en la iglesia, en los aeropuertos, y en el supermercado.

A medida que observamos a los padres, abuelos y maestros ministrando para las necesidades de los niños, recordamos las palabras del Élder M. Russell Ballard del Quórum de los Doce Apóstoles: “Es evidente que a quienes se nos han confiado esos preciados hijos hemos recibido una sagrada y noble mayordomía, porque fue a nosotros a quienes Dios llamó para que rodeáramos a los niños de esta época con amor y con la luz de la fe, como así también con el conocimiento de saber quiénes son en realidad”. (“Mirad a vuestros pequeñitos”.Liahona, octubre de 1994).

¿Qué es lo que enseñamos a nuestros hijos?

El Señor ha indicado, “criar a vuestros hijos en la luz y la verdad” (Doctrina y Convenios 93:40). Debemos enseñar a nuestros hijos a entender la doctrina del arrepentimiento, fe en Cristo el Hijo del Dios viviente, el bautismo y el Don del Espíritu Santo, a orar y andar rectamente hacia el Señor, a observar el Día de Reposo para mantenerlo santo, a trabajar y no ser ocioso, y a buscar las riquezas de la eternidad”. (Ver Doctrina y Convenios 68:25-31).

Los niños se sienten atraídos por las verdades claras y simples del Evangelio de Jesucristo y son mucho más capaces de comprenderlas de lo que pensamos.

Un día, una niña de 3 años, exclamó con emoción a su amiga, “¡¿Sabías que el mayor regalo que podemos obtener es la vida eterna?!”

Ella no podía esperar compartir la verdad que acababa de aprender de su maestra de la Primaria.

Cuando enseñamos a nuestros hijos las claras y simples verdades en una manera que ellos puedan entender, no solo construimos el fundamento de su testimonio, también esas verdades influencian su conducta.

El Presidente Boyd K. Packer enseñó, “Doctrina verdadera, entendimiento, cambia la actitud y la conducta. El estudio de las doctrinas del Evangelio mejorará la conducta más rápido de lo que el estudio del comportamiento mejorará el comportamiento”. (Los niños pequeños, Liahona, enero 1987).

¿Cómo enseñamos en la Primaria y en el hogar?

Como padres y maestros, debemos observar y aprovechar los momentos espontáneos de enseñanza así como de las ocasiones intencionalmente planeadas para enseñar las verdades eternas. La pregunta más común que hacen los niños es, “¿Por qué?”, es ahí cuando aprovechamos la oportunidad de abrir la puerta a la comprensión y dar nuestra plena atención para discutir esta pregunta.

El Élder Ballard enseñó, “La creatividad, el tiempo de compartir innovador y otras actividades pueden ser estimulantes y divertidas, pero no significan mucho, si los niños salen habiendo sido entretenidos y no iluminados por el Evangelio, ni elevados espiritualmente.

El mundo de hoy está influenciando a nuestros niños desde muy pequeños. Los problemas actuales sociales y morales también son parte de las conversaciones de nuestros niños en la escuela o en el patio de recreo. Una madre escogió un tema de “Para la Fortaleza de la Juventud” y “Temas del Evangelio” para crear una simplificada discusión con sus hijos cada semana durante la noche de hogar.

Ayudamos a nuestros hijos a aprender y vivir las simples verdades del Evangelio al:

• Ser un ejemplo de las doctrinas que queremos que nuestros hijos entiendan

• Llevándolos a las escrituras y a las enseñanzas de los profetas de los últimos días para aprender la verdad por ellos mismos

• Ayudándolos a cómo aplicar los principios doctrinales de manera realista en sus propias vidas

En el libro de John MacArthur, “Fe Imprudente”, él escribe, “Los agentes federales no aprenden a detectar dinero falso mediante el estudio de las falsificaciones. Ellos estudian billetes genuinos hasta que son expertos en observar a los reales. Entonces cuando ellos ven el dinero falso lo reconocen”.

Así es con nuestros niños. Cuando la doctrina del Evangelio se entiende y se asienta profundamente en sus corazones, ellos son capaces de discernir lo que es verdad, y las falsas enseñanzas del mundo se vuelven obvias.

Conforme nuestros hijos aprenden a entender las doctrinas del Evangelio, se convierten en más autosuficientes y más responsables. Se convierten en parte de la solución de los desafíos familiares y más resistentes ante las tentaciones del mundo, esas verdades simples se incrustan en sus corazones lo que les permite ver claramente quienes son y avivará el fuego de su fe.