Pregunta a un terapeuta mormón: Después de una discusión desearía nunca haberme vuelto a casar

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Pregunta:

¿Cómo te deshaces de las dudas y el temor de que quizá no debiste volverte a casar cuando tú y tu cónyuge comienzan una discusión?

Respuesta:

Excelente pregunta. Extrayendo el contexto de tu pregunta, parece que tu primer matrimonio acabó en un divorcio y que hubo muchos conflictos en ese matrimonio. Comprensiblemente, cualquier conflicto en tu nuevo matrimonio te recuerda a ese lugar, emocionalmente, donde no desearías estar otra vez. Hay dolor, temor y enojo nuevamente, esas fueron las emociones que deseabas evitar en tu nuevo matrimonio.

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Es importante que reconozcas que pasar por un divorcio o el fallecimiento de un cónyuge es un evento traumático. Déjame repetirlo. Experimentaste un trauma. Volverte a casar es un acto de enfrentar ese trauma frontalmente y aunque se siente bien no estar solo nunca más, las emociones intensas surgen cuando se desencadena el trauma. Cuando ocurre una discusión, tu instinto es protegerte, que en este caso significa dudar de tu nuevo matrimonio y buscar una salida.

El hecho es que, los conflictos son normales y saludables. Si bien el Salvador nos encomendó evitar el espíritu de contención (3 Nefi 11:29), no es lo mismo que un conflicto. Él mismo no retrocedió ante un conflicto, sino que lo enfrentó con compasión, comprensión y verdad.

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Si los conflictos en tu nuevo matrimonio desencadenan antiguas emociones, necesitas superar el trauma de tu primer matrimonio. Un terapeuta especializado puede ayudar; junto con el apoyo de tu familia, amigos, líderes del sacerdocio y tu nuevo cónyuge.

Si los mismos conflictos con tu nuevo cónyuge toman la forma de patrones no saludables, necesitarán aprender nuevas maneras de resolver los conflictos mutuamente. Recuerda que tu nuevo cónyuge no es tu antiguo cónyuge. Cálmate, identifica qué es lo que sientes realmente (“temor”, “dolor” o “vergüenza” no “enojo”) e intenta ver las cosas desde la perspectiva de tu cónyuge. Coloca tus necesidades sobre un estante para que estén a disposición de tu cónyuge. Luego, quítalas cuando tu cónyuge se sienta escuchado y aceptado. Se responsable de tu comportamiento. Discúlpate si te excedes. Toma un curso para resolver conflictos, lee más sobre el tema o consigue la ayuda de un buen terapeuta de parejas.

Independientemente de lo que hagas, no tomen ninguna decisión importante cuando estés enojado. Cálmate y observa claramente. Ora para obtener guía y comunícate con aquellos que pueden ayudar.

Artículo originalmente escrito por Jonathan Decker y publicado en “Ask a Mormon Therapist: After an Argument I Wish I’d Never Remarried” y publicado en mormonhub.com

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