No queremos ser olvidados, dice líder mormón de Puerto Rico

huracán maría

Wilfred Rosa lucha diariamente con la escasez de alimentos y agua, cortes de electricidad y gas y un servicio irregular de telefonía celular.

Tales desafíos han llegado a definir la vida en los días y en las semanas de las personas desde que el huracán María devastó a Puerto Rico. Pero quizás, su mayor temor  es que “la gente se olvide de nosotros. No queremos ser olvidados. Tendremos necesidades aún en los próximos meses”.

Las preocupaciones del presidente de estaca de San Juan Puerto Rico, se extienden más allá de cuidar a su familia y revitalizar su negocio de robótica. Como presidente de la estaca, es responsable de la salud temporal y espiritual de cientos de mormones viviendo en 10 barrios y ramas en la capital y sus alrededores.

“El huracán fue muy fuerte”, dijo él. “Aún tenemos personas que están luchando tratando de conseguir comida y agua. Hacemos largas filas esperando para conseguir suministros. Y muchas personas, aún no tienen agua o electricidad”.

El presidente Rosa se considera entre las personas afortunadas en esa isla de los Estados Unidos. Él tenía agua corriente en su hogar por un par de días (hasta que ya no) y su celular generalmente funciona. Pero cuando maneja alrededor de San Juan y las comunidades periféricas de su estaca, se acuerda de que la recuperación de Puerto Rico sigue siendo aún un proceso lento e incierto.

Hace casi un mes desde que el huracán María cambió drásticamente la isla. Solo el 15% de la población tiene electricidad y el 40% aún no tiene acceso confiable al agua potable, según el periódico “USA Today”.

“Aún hay mucha necesidad”, dijo el presidente Rosa.

El líder mormón local había planeado viajar a Salt Lake City, para asistir a la conferencia general. Sin embargo, pasó todo el fin de semana cuidando a la gente necesitada en su estaca.

Alrededor del 15% de los miembros de la estaca de San Juan perdieron sus hogares. “No les quedaba más que solamente el piso”, dijo.

Otros permanecen desplazados mientras buscan materiales de construcción para reparar sus viviendas dañadas.

Muchas familias Santos de los Últimos Días se han ido a la parte continental de los Estados Unidos. “Algunos dicen que regresarán, pero otros me han dicho que nunca regresarán”.

Las donaciones con provisiones esenciales tales como arroz, agua y baterías han ayudado a muchas en la estaca de San Juan a soportar las consecuencias de esa tormenta histórica. “ Y hacemos lo que podemos para brindar alguna esperanza”, agregó.

El presidente Rosa es nativo de Puerto Rico, un Boricua orgulloso de su país. Él no se asusta facilmente con los huracanes. Pero el huracán María fue completamente diferente.

“El huracán fue horrible”, dijo. “Nos quitó todas las formas de comunicación. Ni siquiera pude obtener señales de radio AM. Quitó todas las antenas”.

Las áreas metropolitanas de San Juan se recuperan cada semana. Pero muchos que viven en las regiones rurales han visto pocas mejoras.

Mientras tanto, los miembros de la estaca de San Juan se reúnen los domingos en centros de reuniones oscuros para la reunión sacramental. Sólo el centro de estaca del vecindario de Trujillo Alto tiene un generador. Pero rara vez se usa.

“Funciona con diesel, que es como oro en este momento”, dijo.

El apoyo de los líderes generales de la iglesia ha ayudado a levantar al presidente Rosa y a los miembros locales. El Élder Walter F. González, un Setenta Autoridad de Área y el Presidente de Área del Caribe, viajaron recientemente a Puerto Rico junto con su esposa, la hermana Zulma González y el Élder Julio C. Acosta, Setenta de Área.

El Élder González se reunió con oficiales del gobierno para establecer procedimientos para enviar suministros de socorro a Puerto Rico. También aconsejaron a los obispos y presidentas de la sociedad de socorro que compartieran la dirección para proporcionar ayuda en sus múltiples formas a los miembros.

El departamento de bienestar de la iglesia envió 40 contenedores de envíos oceánicos a varias islas del Caribe azotadas por los recientes huracanes, incluyendo Puerto Rico, St. Thomas, St. Croix y St. Martin. Los envíos contenían alimentos, agua, materiales de construcción, kits de higiene y artículos de limpieza, según la sala de prensa mormona.

También se envió un avión diplomático de la iglesia con 80.000 libras de comida y agua para Puerto Rico.

Durante sus reuniones frecuentes y sus visitas a los miembros afectados por el huracán, el presidente Rosa habla sobre el amor de Dios y Su poder sustentador. “Esta es una oportunidad para que tengamos fe en el Señor y para que confiemos en Él”.

Él también repite el consejo que compartió el Presidente Henry B. Eyring de la Primera Presidencia durante su visita el 15 de septiembre, entre los huracanes Irma y María.

“El Presidente Eyring nos prometió que si leemos el Libro de Mormón, estaremos bien”, dijo. “Él nos enseñó a confiar en el Señor, hacer lo mejor que podamos y servir a los demás”.

Algunos economistas predicen que la economía de Puerto Rico tardará más de una década en recuperarse. Mientras tanto, el presidente Rosa teme que las actualizaciones de la isla pronto serán enterradas profundamente en el nuevo ciclo de noticias que sucede cada día.

“Todavía hay personas en la isla que necesitan ayuda”, dijo, “Puerto Rico necesita ayuda”.

 

Este artículo fue escrito originalmente por Jason Swensen, y fue publicado en deseretnews.com, con el título: “Mormon leader in Puerto Rico: ‘We don’t want to be forgotten”

 

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